La cirugía de cadera es un paso importante que puede mejorar en gran medida la calidad de vida de una persona, pero entender lo que sucede después del procedimiento es tan importante como conocer la cirugía en sí. Las personas pueden esperar algo de hinchazón, dolor y un período de movimiento limitado después de la cirugía de cadera, pero estos síntomas suelen mejorar con el tiempo, la atención adecuada y la fisioterapia. Saber qué esperar durante la recuperación puede ayudar a reducir las preocupaciones y facilitar el proceso de curación.
Todos avanzan en la recuperación a su propio ritmo, pero hay algunas etapas comunes y consejos útiles para obtener mejores resultados. Desde el alta hospitalaria hasta el hecho de caminar con menos dolor, los pacientes pasarán por una serie de etapas y ajustes. Fisioterapia y mantenerse sano juega un papel importante en el éxito a largo plazo.
Los pacientes acaban de salir cirugía de cadera son vigilados de cerca por el personal del hospital. Durante los primeros días, los médicos se centran en controlar el dolor y ayudar a los pacientes a empezar a recuperar el movimiento en la nueva articulación.
Inmediatamente después de la cirugía, la mayoría de los pacientes experimentan dolor e incomodidad en la zona de la cadera. El personal del hospital usa diferentes manejo del dolor planes para ayudar a la recuperación. Estos suelen incluir medicamentos de venta con receta, como los opioides, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y, a veces, los bloqueos nerviosos. Por lo general, el dolor disminuye en los primeros días, pero la experiencia de cada persona con el dolor puede ser un poco diferente.
El objetivo principal es mantener el dolor lo suficientemente bajo para que el paciente pueda dormir, comer y empezar a mover la pierna.
Los especialistas, como el Dr. Mangino, también pueden sugerir estrategias no medicamentosas. Estas pueden incluir compresas de hielo, mantener la pierna levantada y ayudar a los pacientes a encontrar posiciones cómodas en la cama. Un buen control del dolor es importante porque permite a las personas participar en la fisioterapia, lo que ayuda a sanar.
Una vez que desaparece el efecto de la anestesia, las enfermeras y los terapeutas alientan a realizar movimientos suaves, a veces dentro de las 24 horas posteriores a la cirugía. La actividad temprana es importante para prevenir la formación de coágulos sanguíneos y mantener los pulmones sanos. La mayoría de las personas comienzan con acciones pequeñas, como sacarse bombas en los tobillos, mover los dedos de los pies y doblar la rodilla.
Los fisioterapeutas guían a los pacientes a medida que aprenden lentamente a sentarse, ponerse de pie y usar un andador o muletas. La seguridad es una prioridad absoluta durante estos primeros pasos. La duración de la estancia en el hospital puede depender de lo bien que la persona pueda moverse y realizar las tareas diarias.
Los pacientes comienzan a trabajar en el movimiento y la fuerza poco después de la cirugía de cadera. Mantenerse constante con las actividades de rehabilitación ayuda a acelerar la recuperación, reduce el riesgo de coágulos sanguíneos y reduce el dolor.
La fisioterapia por lo general comienza un día después de la cirugía de cadera. Un terapeuta ayuda al paciente a levantarse de la cama y empezar a caminar con la ayuda de equipos como andadores o muletas. Los movimientos tempranos estimulan el flujo sanguíneo y previenen la rigidez. La mayoría de las personas realizarán actividades suaves y supervisadas para evitar al principio poner demasiado peso sobre la nueva articulación.
El control del dolor es un enfoque clave, ya que el dolor bien manejado posibilita la terapia. Las sesiones de terapia se realizan varias veces por semana, ya sea en el hospital o en casa. Los terapeutas también enseñan importantes consejos de seguridad para las tareas diarias, como acostarse y levantarse de la cama y usar el baño de manera segura.
El terapeuta guiará al paciente a través de ejercicios sencillos que mejoran el rango de movimiento y la fuerza muscular. Algunas actividades comunes incluyen sacarse los tobilleros, doblar las rodillas y realizar movimientos de abducción de la cadera. Estos ejercicios ayudan a recuperar la flexibilidad, brindan soporte alrededor de la nueva articulación y facilitan el caminar. Se alienta a los pacientes a realizar estos movimientos varias veces al día.
Después de la cirugía de cadera, los pacientes pueden enfrentarse a cambios físicos y en la vida diaria. La curación por lo general implica aprender a prevenir problemas, ajustar las rutinas y saber cuándo buscar ayuda.
Es importante estar atento a los signos de complicaciones después de la cirugía de cadera. Los problemas comunes incluyen infecciones, coágulos de sangre y luxación de cadera. Los síntomas como el enrojecimiento, la hinchazón, la fiebre alta o el dolor intenso en el lugar de la incisión pueden indicar una infección y requieren atención inmediata.
Los pacientes también deben estar atentos a la hinchazón o el dolor en las piernas, que pueden ser un signo de un coágulo de sangre. La sensación de que la nueva cadera se mueve fuera de su lugar podría ser un signo de dislocación. El monitoreo cuidadoso y el reconocimiento temprano pueden prevenir problemas más graves.
Los médicos pueden pedir a las personas que limiten ciertos movimientos o que usen un equipo especial para proteger la cadera. Seguir todas las instrucciones posoperatorias reduce el riesgo de estos problemas.
Las tareas diarias sencillas pueden parecer diferentes después de la cirugía de cadera. Con frecuencia, los pacientes necesitan cambiar la forma en que se sientan, se agachan o caminan durante algunas semanas o más. Es común usar un bastón, un andador o muletas para mantener el equilibrio y reducir la tensión durante la cicatrización.
Es posible que existan reglas sobre no cruzar las piernas, inclinarse hacia adelante o torcer la cadera. Un asiento de inodoro o una silla de ducha elevados pueden facilitar el baño y el uso del baño. Organizar la casa de manera que los objetos importantes estén al alcance de la mano ayuda a limitar las flexiones o estiramientos.
Saber cuándo contactar a un médico es importante para una recuperación segura. Los pacientes deben buscar ayuda médica si tienen fiebre alta, empeoramiento del dolor, dolor torácico, falta de aliento o supuración inusual de la incisión.
Los signos de un coágulo de sangre, como hinchazón o calor repentinos en la pierna, deben notificarse rápidamente. Si la nueva cadera se siente inestable o los movimientos son más intensos de lo esperado, se debe llamar a un médico.
La comunicación clara y abierta con el equipo de atención médica ayuda a abordar los problemas de manera temprana.
Después de la cirugía de reemplazo de cadera, los pacientes quieren saber qué esperar sobre el dolor, la movilidad y el proceso de curación. También suelen tener preguntas sobre las actividades diarias, los plazos y las precauciones comunes.
La mayoría de las personas pueden realizar actividades básicas como caminar distancias cortas y acostarse y levantarse de la cama en unos pocos días. Sin embargo, por lo general, se necesitan de 6 a 12 semanas para volver a la mayoría de las rutinas normales. La recuperación total puede durar varios meses para algunas personas, según el estado de salud y el progreso de la fisioterapia. Hay más información disponible en el cronograma de recuperación de la artroplastia de cadera.
Los médicos suelen recomendar a los pacientes que eviten cruzar las piernas, torcerse la cadera o doblarse más de 90 grados desde la cintura. Estos movimientos pueden aumentar el riesgo de que la nueva articulación se disloque. Es importante usar dispositivos de asistencia si es necesario y seguir todas las instrucciones dadas por el cirujano o el fisioterapeuta por motivos de seguridad.
Durante las primeras semanas se esperan dolor, hinchazón y algunos moretones de leves a moderados. La molestia debería disminuir gradualmente con el paso de los días. Si el dolor empeora repentinamente, se vuelve intenso o va acompañado de fiebre, enrojecimiento o supuración, los pacientes deben hablar con un médico de inmediato.
Algunos pacientes caminan con ayuda el mismo día o al día siguiente de la cirugía. La mayoría necesita un andador o muletas durante varias semanas. Es posible caminar distancias cortas sin ayuda al cabo de 2 a 6 semanas, pero puede variar. Las recomendaciones dependen del estado de salud general de cada persona y de lo bien que esté sanando la cadera.
En la primera semana, la mayoría de los pacientes comienzan a moverse con ayuda y comienzan la fisioterapia, a menudo en el hospital. La hinchazón, los moretones y el cansancio son frecuentes. Los pacientes practicarán ejercicios sencillos para fortalecer la cadera y aprenderán maneras seguras de moverse en casa.
El momento más difícil suele ser en las primeras semanas, cuando el dolor, la hinchazón y la movilidad limitada dificultan las actividades diarias. Adaptarse a la fisioterapia y fortalecer puede ser un desafío. A medida que el cuerpo se cura, la mayoría de los pacientes notan una mejoría constante y menos obstáculos al final del primer mes.